La rendición del genio
Inocencia/Crudeza (2013)
Javier Sánchez/Daniel López
Me levanté de mi poltrona dorada cual anciano que no se muere por vivir, fui al retrete y me vomité. Ahora no me siento mejor, sólo me siento. Y con eso basta. Hoy me he rendido, necesito descansar aunque sea un día de esta rutina demoledora de pensar a mil por hora sin droga alguna en mi sangre más que la angustia de la vida. El genio de bombilla fundida se ha cansado. Cansado de ironizar la vida, de dar lecciones a personas arrugadas. Cansado de estudiar, de interpretar, de soñar y de amar. Cansado de admirar a Lechowski, a Ibarra, a Marentes. … … … Cansado de sentir en mi nuca cada segundo como el ruido de una resonancia magnética. Hoy prefiero lo sencillo: las palabras fáciles, la lógica del niño, el campo, las vacas, los cerdos, las gallinas, leer Mortadelo, ir al parque, jugar al pilla pilla, lengüetear una piruleta y jugar al fútbol con una bola de papel de plata hasta luxarme las rodillas. Pero eso no es posible. La vida sencilla y pura se fue. Disfrutar de estupidez aguda bien me vendría esa que al joven su vida salva. Pero eso no es posible. Por hoy sólo me queda dormirme escuchando a los BackStreet como en tiempos de la guarde. … [ojos como platos] [salgo al portal para tomar el aire] Camino plácido por la calle, mis pasos retumban en los colchones de los soñadores a pesar de ser pasos sosegados. Mis manos saludan a los futuros médicos que bajo flexos ardientes estudian. Vuelvo a mi cripta —soledad como B.S.O o beso— a sabiendas de que el mundo no sabe que un genio siempre está en la vereda de enfrente. Hasta mañana.
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